Tras dimes y diretes en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y la coalición lanzaron un ataque, el 20 de marzo del 2003, con ataques selectivos y alta precisión sobre las principales ciudades de Irak y Bagdag. La estrategia fue conocida como "impacto y pavor" y tuvo como principal objetivo destruir las baterías antiáreas que estaban vigilando los cielos iraquíes.
A pesar de los ataques en contra de la Guardia Nacional, quienes se refugiaron en las principales calles de Bagdag, para atacar en forma camuflada a la coalición. En ese entonces, algunos analistas internacionales calificaban el hecho como una posible guerra urbana. Sin embargo, a pesar de los intentos desesperados de la Guardia Nacional, la coaliación, tomó el principal bastión del régimen de Saddam, la ciudad de Bagdag, el 9 de abril, las tropas estadounidenses, junto a varios iraquíes, derribaron una gigantesca estatua del líder iraquí en una plaza de la capital. La imagen recorrió el mundo y dos periodistas chilenos estaban in situ, Rafael Cavada y Pablo Pavlovic captaron para TVN una hito histórico para la humanidad: el fin de la era de Saddam Husseim.
Con el correr de los meses, el 1 de mayo del 2003, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, señaló que los combates habían concluido, pese a que después, el mismo gobierno, decidió enfrentar a la prensa y a la opinión pública internacional, que estaban frente a una insurgencia organizada, con frecuentes ataques y secuestros.
Tras varios rumores de su muerte, las tropas norteamericanas encontraron, en la ciudad de Tikrit, en una fosa al ex presidente de Irak, quien al momento de su captura, no mostró ninguna resistencia, y después de un cheque médico, Saddam muestra su prominente barba y sus dientes al mundo. Era el fin de la era un dictador.
Han pasado varios meses, desde la invasión a Irak, donde Estados Unidos prometió la democracia y la estabilidad en la región. Poco y nada ha ocurrido al respecto. La violencia sigue tomándose las calles de Bagdag, amenazando con transformarse en un conflicto de guerra civil entre chiítas y sunnies.
Saddam finalmente fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006 por agentes encubiertos con gorros pasa montañas, donde amarraron el cuello del dictador, quien finalmente murió al instante. La ejecución recorrió clandestinamente a través de la Web. Para Estados Unidos era una victoria, para el mundo una guerra que no tiene sentido.