jueves, marzo 20, 2008

Aniversario de la guerra en Irak.

Irak: Un aniversario que no debería recordarse




Desde los intensos debates en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, acusó ante la opinión pública internacional, la profilación de armamento de destrucción masiva por parte del régimen de Saddam. Fue, en ese entonces, como el secretario de Estado, Colin Powell, aseguró ante el Consejo que su Secretario de Estado cumplirá con lo prometido, tenemos derecho a sentirnos seguros al suponer que sí, que la "comunidad" de la inteligencia de EE.UU. posee lo que promete. Pero poco más de una semana después del discurso de Powell, parece que sus principales afirmaciones fueron, en el mejor caso, especulativas, y en el peor, deformaciones descaradas, algunas de ellas ridiculizadas por adelantado por el Jefe de los Inspectores de la ONU, Hans Blix.

Tras dimes y diretes en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y la coalición lanzaron un ataque, el 20 de marzo del 2003, con ataques selectivos y alta precisión sobre las principales ciudades de Irak y Bagdag. La estrategia fue conocida como "impacto y pavor" y tuvo como principal objetivo destruir las baterías antiáreas que estaban vigilando los cielos iraquíes.

A pesar de los ataques en contra de la Guardia Nacional, quienes se refugiaron en las principales calles de Bagdag, para atacar en forma camuflada a la coalición. En ese entonces, algunos analistas internacionales calificaban el hecho como una posible guerra urbana. Sin embargo, a pesar de los intentos desesperados de la Guardia Nacional, la coaliación, tomó el principal bastión del régimen de Saddam, la ciudad de Bagdag, el 9 de abril, las tropas estadounidenses, junto a varios iraquíes, derribaron una gigantesca estatua del líder iraquí en una plaza de la capital. La imagen recorrió el mundo y dos periodistas chilenos estaban in situ, Rafael Cavada y Pablo Pavlovic captaron para TVN una hito histórico para la humanidad: el fin de la era de Saddam Husseim.

Con el correr de los meses, el 1 de mayo del 2003, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, señaló que los combates habían concluido, pese a que después, el mismo gobierno, decidió enfrentar a la prensa y a la opinión pública internacional, que estaban frente a una insurgencia organizada, con frecuentes ataques y secuestros.

El 19 de agosto de ese mismo año, la insurgencia destruyó las principales oficinas de las Naciones Unidas en Bagdag, dejando veinte personas muertas, entre ellas, el enviado por la ONU, Sergio Vieira de Melo, quien fue Representante Especial de Naciones Unidas en Iraq, un destino asignado inicialmente para cuatro meses. Estaba trabajando en su despacho cuando fue asesinado por una bomba en el Hotel Canal, con sus 21 colegas, en el atentado contra las oficinas de la ONU en Bagdad. Tras el ataque, una buena parte de las agencias de ayuda internacional se retiraron del país.

Sin embargo, la insurgencia no daba tregua a las tropas de Estados Unidos, quienes eran secuestrados y mostrados como alcancía a través de medios de comunicación masiva, fue, en ese entonces, como la cadena Al Jazeera mostraba a la opinión pública internacional, el primer soldado decapitado por la insurgencia. Nick Berg, era, el primer soldado exhibido por la televisión y mostrado como advertencia a la incursión de Estados Unidos al Oriente Medio.

Tras varios rumores de su muerte, las tropas norteamericanas encontraron, en la ciudad de Tikrit, en una fosa al ex presidente de Irak, quien al momento de su captura, no mostró ninguna resistencia, y después de un cheque médico, Saddam muestra su prominente barba y sus dientes al mundo. Era el fin de la era un dictador.

Han pasado varios meses, desde la invasión a Irak, donde Estados Unidos prometió la democracia y la estabilidad en la región. Poco y nada ha ocurrido al respecto. La violencia sigue tomándose las calles de Bagdag, amenazando con transformarse en un conflicto de guerra civil entre chiítas y sunnies.

Saddam finalmente fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006 por agentes encubiertos con gorros pasa montañas, donde amarraron el cuello del dictador, quien finalmente murió al instante. La ejecución recorrió clandestinamente a través de la Web. Para Estados Unidos era una victoria, para el mundo una guerra que no tiene sentido.













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